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Conoce a la única mujer que dirige una aldea en Indonesia

“Mi casa ya no es mía, es el hogar de mi pueblo”. Los aldeanos entran y salen todo el tiempo pues le piden consejos sobre sus problemas cotidianos.
Asnaini Mirzan

El día de hoy queremos hablarte de la única mujer que dirige una aldea en indonesia. El sencillo hogar de Asnaini Mirzan, la primera y única mujer que es jefa de una aldea en la provincia de Aceh, en Indonesia, nunca está vacío. Las y los aldeanos entran y salen, pues le piden consejos sobre sus problemas cotidianos, desde las disputas familiares a la forma de crear estanques piscícolas colectivos para pequeños grupos empresariales. Su negocio es la agricultura, y afirma: “mi casa ya no es mía, es el hogar de mi pueblo”. Fue la gente de Pegasing, su aldea rural, que la alentó a presentarse a las elecciones para dirigir el consejo de la aldea en 2011. Si bien casi todas las personas la apoyaron mucho y reconocieron sus habilidades de liderazgo, algunas cuestionaron su capacidad de gobernar pues nunca habían sido dirigidas por una mujer. Algunas incluso le preguntaron por qué una mujer tendría la aspiración de ser dirigente.

Tradicionalmente, en la mayoría de las aldeas de Indonesia el jefe es un hombre. Las personas que se opusieron a la elección de Mirzan como jefa del consejo de la aldea citaron el sumang. Es un tabú cultural de la tribu gayonese que limita la interacción entre mujeres y hombres que no son parientes.

Asnaini Mirzan

“En mi aldea, un hombre y una mujer que no están casados ni son parientes no pueden sentarse uno al lado del otro y hablar entre sí. Eso sería considerado una infracción del sumang, un valor consuetudinario”, explicó. Ella debe interactuar con los aldeanos varones para vigilar la paz y el desarrollo de la aldea y, por eso, debió superar este obstáculo todos los días.

Con el paso del tiempo, las personas se han ido acostumbrando a expresar sus inquietudes relativas a la aldea a una jefa mujer. Mirzan elogia el apoyo de su esposo y todo lo que él ha colaborado, incluso el acompañarla a zonas alejadas a reunirse con las y los aldeanos.

Sus progenitores también le han servido de inspiración:

El padre fue jefe de la aldea y ella aprendió de él lo que es el servicio público. La madre trabajaba en el hogar, lo que la volvió una persona más disciplinada, según dice Mirzan. Casada y con tres hijos, Mirzan dice que el ser madre fortaleció su deseo de ser líder. Quería demostrarle a sus hijos que una mujer con poca educación puede sin embargo ocupar un cargo de poder. “Mi educación terminó en la secundaria y nunca pensé ser jefa de la aldea, pero cuando la gente depositó su confianza en mí supe que debía hacerlo [presentarse a las elecciones para el consejo]”, explica.

Mirzan no sólo ganó las elecciones sino también un prestigioso Premio de las Mujeres de Aceh en 2012. Otorgado por el Balai Syura Ureung Inong Aceh (Centro de Mujeres de Aceh).

Defensora de toda la vida de la educación de las mujeres y las niñas, se esfuerza para convencer a las madres y los padres, animándolos a valorar la educación de sus hijas tanto como la de sus hijos. Desde que ella asumió el cargo, la matriculación de las niñas en la escuela primaria ha mejorado. También ha desarrollado procedimientos administrativos transparentes. Por ejemplo la obtención de actas de nacimiento, que son necesarias para matricular a las niñas y los niños en la escuela.

“Cuando hablé con grupos de mujeres me expresaron su inquietud por no tener tarjetas de inscripción de la familia y actas de nacimiento. Estos problemas nunca habían sido mencionados por los hombres; es por esto que debemos consultar a las mujeres e investigar los verdaderos problemas de la comunidad”, explicó.

¿Cómo financiar las soluciones de los problemas enfocadas a mujeres?

Asnaini Mirzan

Destinó el 50% de los fondos de la aldea al centro de salud para mujeres, niñas y niños. Esto facilitó el acceso a la atención de salud. “Es muy importante dedicar fondos de la aldea a las mujeres. A menudo no tienen suficientes oportunidades de dialogar con los líderes e influir en las decisiones sobre la aldea”, indicó. “Por este motivo, las necesidades de las mujeres a veces son ignoradas. Yo hablo directamente con los grupos de mujeres. Les pregunto qué necesidades debería abordar la aldea y, en función de sus comentarios, separamos fondos para esas cosas, como el programa de salud”.

Cuando le preguntamos qué aconsejaría a las mujeres que desean triunfar como ella lo ha hecho, dice: “las mujeres deben abrir la mente y demostrar que pueden hacer las cosas mejor que los hombres. No deben sentir vergüenza, y nunca deben darse por vencidas”.

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